
El nombre de "Westfalen" habría derivado del término original de "Westfalai", formado por "West" (oeste) y "Fahala", nombre que se conocía la tribu de la zona (la antigua palabra nórdica "fal ah" significa campo o tierra baja y plana).
Posteriormente existe un documento del año 955 por el que se concede al Conde de Lerigau el título de Conde de Westfalia (Graf von Westfalen), convirtiéndose la comarca en un condado. No sería hasta el año 1076 que Westfalia comenzaría a tener su primera relevancia política e histórica, cuando los sajones de Westfalia participaron en una rebelión contra el rey Enrique IV (emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1084, hasta su abdicación en el año 1105).
Tras la revuelta del duque Enrique el León contra los reyes Hohenstaufen y su derrota en 1180, el ducado de Sajonia fue dividido en tres partes, pasando Westfalia a formar parte del arzobispado de Colonia. Desde entonces, los arzobispos de Colonia también llevan el título de "Duque de Westfalia".

Las fronteras de Westfalia han ido cambiando durante siglos, llegando también a ser un reino entre 1807 y 1813, cuando Napoleón decretó crear el Reino de Westfalia (Königreich Westphalen) con los territorios cedidos de Prusia a Francia. Después de la derrota francesa en la batalla de Leipzig en 1813, el reino fue oficialmente disuelto.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la provincia de Westfalia se convirtió en parte de la zona de ocupación británica. El gobierno militar británico anunció el 23 de agosto de 1946 que el Estado de Prusia quedaba oficialmente disuelto y la creación del nuevo estado de Renania del Norte-Westfalia (Nordrhein-Westfalen). La histórica región de Westfalia quedaba integrada en este nuevo Länder, tomando su forma actual en 1947, cuando se incorporó la región del Lippe.
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